¡Para! Antes de empezar tu estrategia de marketing digital es necesario que sigas algunos pasos que te garantizarán que tus tácticas tengan una efectividad mayor y puedas alcanzar tus objetivos. Te cuento de qué se trata.
¡Para! Antes de empezar tu estrategia de marketing digital es necesario que sigas algunos pasos que te garantizarán que tus tácticas tengan una efectividad mayor y puedas alcanzar tus objetivos. Te cuento de qué se trata.
¿Cómo empezarías a recorrer un camino que nunca has transitado antes? Primero tienes que ver en dónde estás, pues de esta forma conocerás hacia dónde comenzar a moverte. Lo mismo sucede cuando empiezas una estrategia de marketing digital; debes entender en qué se encuentran tus assets digitales, qué estás comunicando y el propósito detrás de esto para saber qué acciones necesitas empezar a llevar a cabo.
Así que tú primer paso en el mundo de la publicidad digital debe ser la creación de un punto cero que te permita identificar para qué se están usando tus redes sociales y cómo están impactando a tu comunidad. Además de hacer un profundo análisis sobre el contenido que publicas en redes sociales, también debes buscar tu emprendimiento o marca personal en motores de búsqueda. ¿Qué resultados aparecen? ¿Qué temáticas se relacionan a esa búsqueda? Gracias a esto podrás tener un contexto de lo qué existe en internet sobre tu negocio.
Una forma muy efectiva de conocer el impacto de tus redes sociales es preguntándole a alguien externo su opinión sobre ellas; no necesitas preguntarle al community manager más experto, puede ser un amigo o familiar que te dé su percepción sobre las publicaciones que realizas y, gracias a sus comentarios, entenderás cómo se está dando a entender todo lo que comunicas.
¿En dónde y qué está haciendo mi competencia?
Después de tener un análisis claro sobre el estado actual de tus propios assets digitales, es momento de estudiar a tus competidores directos e indirectos realizando un benchmark que te sirva como herramienta para entender lo que están haciendo personas u organizaciones dentro de tu nicho.
¿Cuál es el punto de ver qué hace la competencia? Esto te da la oportunidad de identificar si para llegar a tener un mejor alcance vas a comunicarte de una forma similar a la de tus competidores o vas a ser totalmente disruptivo y crear contenido que sea diferencial.
Al seleccionar a tus competidores debes tener en cuenta a la empresa líder de tu sector; no importa si es una multinacional y tú estás presente en una ciudad, si es un influenciador con millones de seguidores y tú estás comenzando tu marca personal. Debes tener en tu radar sus acciones para inspirarte sobre las cosas que funcionan, además hacer esta comparación con un “rival” tan fuerte, tendrás la motivación para ser cada día mejor.
Teniendo el punto cero de tu empresa y el benchmark de competidores es momento de comprender los factores macroeconómicos y microeconómicos que pueden tener impacto directo sobre ti.
A nivel microeconómico es importante conocer leyes, decretos y regulaciones que puedan afectarte y estén vigentes en el lugar donde vas a centralizar tu operación. Por otro lado, al analizar el contexto macroeconómico vas a poder identificar oportunidades de comunicación: ¿Qué está pasando en el mundo que mi negocio deba comunicar? Hablar sobre una tendencia es una de las formas más sencillas de generar engagement con tu comunidad.
Ahora, después de tener toda esta información recopilada, es fundamental la necesidad de conocer tu tamaño de mercado: ¿Cuál es la cantidad real de personas que van a estar interesadas en tu producto? El tamaño del mercado no está determinado totalmente por tu ubicación, pues puedes estar en una ciudad cosmopolita pero eso no significa que a todos sus habitantes les va a interesar adquirir tu producto.
Lo más importante aquí es segmentar: ¿Cuál es la edad de tu público objetivo? ¿Qué les interesa? ¿Son hombres o mujeres? ¿Qué redes sociales usan? ¿Cuánto tiempo dedican a navegar por internet? Teniendo información clara y precisa sobre el comportamiento de los usuarios, vas a tener una audiencia clara, y como resultado vas a saber cómo hablarle a ese nicho; puedes arriesgarte a hacer el contenido más único y a tu audiencia le va a gustar.
El segundo paso que debes seguir con tu audiencia es tener un buen diseño de UX writing. ¿Qué es esto? Crear un lenguaje que facilite a los usuarios interactuar con tu producto de forma coherente y generar un lenguaje propio que sea identidad de tu marca.
Según el campo de desempeño de tu empresa debe ser el lenguaje y el tono que se use. No es lo mismo escribir contenido para una compañía de seguros de salud que para una productora de cine, así que analiza el sector en el que te desempeñas para tener una guía de cómo deber hablarle a tus usuarios.
Cuando una empresa no es masiva, se tiene la libertad de escribir de una manera más cercana, más familiar; por eso está bien usar modismos, dichos e incluso una que otra mala palabra. Pero recuerda, todo lo anterior debe estar basado en un previo análisis de tu personalidad de marca.
Al tener esta personalidad definida y entender en qué tono vas a comunicarte, podemos hablar de tres tipos de mensajes: texto, audio y diagramado. ¿Cuál funciona mejor? Todo depende de tu objetivo y tu audiencia. No a todo el mundo le gusta leer, por lo tanto no todos van a leer un white paper; no a todos les gustan los podcast y no a todos les llama la atención un diseño artístico.
Debes tener presente, que además de entender cuál es el mensaje más efectivo para tu audiencia, necesitas tener una omnicanalidad en estos tres y generar contenido de las tres categorías, dándole prioridad a aquel que prevalece para tu comunidad.